lunes, 29 de octubre de 2012

Si de verdad quieres dejar de fumar...


Si alguna vez han intentado dejar de fumar, sabrán lo difícil que puede resultar.  El tabaquismo fue definido por la OMS (Organización Mundial de la Salud), como una forma de drogodependencia, y la Sociedad Americana de Psiquiatría clasificó en 1987 a la Nicotina como una sustancia psicoactiva, cuyo consumo  produce dependencia, según la definición de droga: sustancia que actúa sobre el Sistema Nervioso Central, en su esfera psíquica, y que es capaz de estimular o inhibir sus funciones, pudiendo ocasionar tolerancia y dependencia física y psíquica.
Cuando se fuma tabaco, los pulmones absorben la nicotina y ésta pasa rápidamente al torrente sanguíneo, donde circula por todo el cerebro. Todo esto ocurre muy rápido. De hecho, la nicotina llega al cerebro 8 segundos después de haberse inhalado el humo del tabaco. La nicotina también puede entrar al torrente sanguíneo a través de las membranas mucosas que recubren la boca (cuando se masca el tabaco), por la nariz (si se usa tabaco en polvo conocido como “rapé” en español, o como “snuff” en inglés), o hasta por la piel.
La nicotina afecta a todo el cuerpo. Actúa directamente sobre el corazón alterando la frecuencia cardiaca y la presión arterial. También actúa sobre los nervios que controlan la respiración, cambiando los ritmos respiratorios. En concentraciones altas, la nicotina es mortal. De hecho, una gota de nicotina purificada en la lengua puede matar a una persona. Es tan letal que durante siglos se ha usado como pesticida.

¿Entonces por qué seguimos fumando?

El cerebro está compuesto por miles de millones de células nerviosas. Estas celulas especializadas se denominan NEURONAS, funcionan como una red que transmite el impulso nervioso hacia donde sea necesario. La información recorre la neurona en forma de impulso eléctrico, pero al pasar de una neurona a otra estas se comunican entre sí  liberando unos mensajeros químicos llamados neurotransmisores.
 Cada neurotransmisor es como una llave que encaja en una “cerradura” especial, llamada receptor, que está localizada en la superficie de las células nerviosas. Cuando un neurotransmisor encuentra a su receptor, activa la célula nerviosa siguiente y la información recorre esa segunda neurona otra vez en forma de impulso eléctrico.
La molécula de la nicotina tiene una forma parecida a la de un neurotransmisor llamado acetilcolina.  La acetilcolina y sus receptores están involucrados en muchas funciones, incluyendo el movimiento muscular, la respiración, la frecuencia cardiaca, el aprendizaje y la memoria. También pueden hacer que se liberen otros neurotransmisores y hormonas que afectan al estado de ánimo, apetito, memoria y otras cosas más. Cuando la nicotina penetra en el cerebro, se adhiere a los receptores de la acetilcolina e imita sus acciones. Como la nicotina sustituye a la Acetilcolina, el organismo deja de fabricarla.
 Cuando la nicotina desaparece del cerebro, el exceso de receptores van a producir una excesiva excitabilidad del sistema nervioso en el fumador, lo que provoca una sensación de malestar y nerviosismo y contribuye a que el fumador necesite el siguiente cigarrillo. Así pues, el siguiente cigarrillo “medica” al fumador al desensibilizar parte de los receptores nicotínicos, volviendo a un estado normal de activación colinérgica.

Estos fenómenos explican el hecho de que la mayoría de fumadores consideren el primer cigarrillo del día como el más placentero, ya que tras una noche de abstinencia las concentraciones de nicotina están en su nivel más bajo.  Por esta razón, el primer cigarrillo es el que activa de forma más potente a los receptores nicotínicos y provoca una mayor liberación de dopamina, por lo que se obtiene un mayor efecto placentero.
El resto de cigarrillos fumados durante el día van a aumentar el nivel basal de nicotina lentamente, garantizando un número suficiente de receptores desensibilizados que eviten la hiperactivación colinérgica.
La nicotina también activa áreas del cerebro involucradas en la producción de sensaciones de placer y de gratificación. Hace poco, los científicos descubrieron que la nicotina eleva los niveles de un neurotransmisor llamado dopamina en las partes del cerebro que producen estas sensaciones de placer y de gratificación. La dopamina, a veces conocida como la molécula del placer, es el mismo neurotransmisor involucrado en la adicción a otras drogas como la cocaína y la heroína. Los investigadores ahora creen que este cambio en la dopamina juega un papel clave en todas las adicciones. Intervienen en el llamado sistema de recompensa, ante una actitud, situación  o ante el consumo de alguna sustancia, el cerebro recompensa con una descarga de Dopamina, que produce la sensación de placer.

Restauración Bioenergética

La RB (Restauración Bioenergética) es un sistema integrado basado en los principios de la acupuntura, la kinesiologia  y la fitoterapia. No utilizamos agujas, en su lugar usamos adhesivos que contienen un pequeño fragmento de cuarzo en el que se carga previamente la frecuencia Yin o Yang con la que queremos trabajar.
Con este método analizamos el organismo de una manera efectiva, sencilla y no invasiva.
Otra ventaja es que la persona puede en su casa, aplicarse los RB, de forma que las sesiones necesarias en consulta son menores.

 Lo primero que hacemos es una regulación del organismo a nivel energético, primeros regulamos el Yin y Yang, usando unos puntos denominados Reguladores.
Después, mediante el test de kinesiología, buscamos los puntos, normalmente en la oreja, que nos van a ayudar a superar los síntomas de abstinencia del tabaco.
Normalmente en un máximo de seis sesiones se consigue dejar definitivamente el tabaco.

Si de verdad quieres dejar de fumar, podemos ayudarte.

Si quieres más información o tienes alguna consulta puedes llamar al teléfono 645 899 668, Jesús Bernal.

martes, 23 de octubre de 2012

Alimentación Saludable


Charla del pasado Jueves 18 de octubre, a cargo del Centro de Terapias Nenúfar
Asociación de Vecinos Barrio Alto 
c/ Virginia Hernández 2
Puerto de Santa María







viernes, 19 de octubre de 2012

Comer con inteligencia aumenta el rendimiento de nuestro Cerebro




El cerebro es el órgano más activo del cuerpo, consume el 20 % de la energía total que necesita el organismo para funcionar.

Siempre está hambriento. Segundo a segundo, minuto a minuto y hora tras hora, devora vorazmente proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Lo que sucede, es que los necesita imperiosamente para cumplir con sus tareas de aprender, reaccionar, emocionarse, sentir y recordar.

En relación con las proteínas, el cerebro usa dos aminoácidos (componentes básicos de las proteínas), la Tirosina y el Triptófano, para regular el estado de actividad, alerta y el de descanso. Los dos tienen efectos opuestos, la Tirosina es utilizada por el cerebro, para elaborar dos neurotransmisores de gran importancia, como son la DOPAMINA y la ADRENALINA. Estos dos emisarios químicos tienen como misión fundamental, el mantener el estado de alerta y control, además de acelerar los tiempos de reacción. El Triptófano en cambio es utilizado para la formación de la SEROTONINA, un neurotransmisor que tiene la función opuesta, o sea obstaculizar la concentración, provocar somnolencia y limitar la capacidad de control.

Ambos compiten entre sí para llegar primero al cerebro a través del torrente sanguíneo; ¿Por qué la prisa? Pues para los aminoácidos, nuestro cerebro es un club sumamente selectivo. Cuando les abre sus puertas, sólo tendrán acceso los que hayan logrado ubicarse en los primeros lugares.

Dentro del exclusivo club, la Tirosina será la encargada de animar la fiesta, y el Triptófano en cambio sería el que da las doce campanadas indicando su finalización. Si la Tirosina llega primero, estimulará la producción de los dos neurotransmisores que actúan aumentando el rendimiento intelectual. En consecuencia, el nivel de actividad mental será más elevado. Pero si el que se anticipa es el Triptófano, el rendimiento bajará y el cerebro estará más preparado para dormir que para realizar tareas.

El secreto para que el Triptófano cumpla con su función, es que esté acompañado de la vitamina B6, que se encuentra en ciertos alimentos, que conviene incluir en la dieta, como son las bananas, las legumbres, los cereales integrales, la mayoría de los vegetales, la soja, etc.. La dosis mínima de la vitamina B6 es de 2mg. y la dosis máxima 20 mg.

Aprender a utilizar bien estos nuevos conocimientos, permite controlar el nivel de actividad de nuestro cerebro a través de una buena elección de los alimentos.

Si se desea beneficiarse con los efectos de la Tirosina, es aconsejable comenzar la comida con una porción de proteínas de aproximadamente 100 gr., en cualquiera de sus variantes (carne , pescado, soja, etc.).

Las proteínas, por lo general, contienen una proporción considerable de Tirosina, y una mucho más modesta de Triptófano, lo que significa que el ganador de la carrera que termina en el cerebro, será el primero de los dos aminoácidos.

  Para que el resultado sea a la inversa, se necesita de la ayuda de los hidratos de carbono (cereales, verduras, legumbres, etc), que deberán ser ingeridos antes que la carne, en una cantidad aproximada de 45 gr.

Entonces, si se desea estar alerta, se debe recurrir a una comida activadora que se inicie con proteínas y por lo contrario, si desea relajarse, se debe elegir una depresora, en la que los hidratos de carbono encabezan el menú. En términos generales es recomendable adoptar la dieta activadora durante el día, y al revés, la depresora a la noche, para lograr un buen rendimiento mental diurno y un sueño reparador por la noche.



Fuente: Neurociencias - Asociación Educar.



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