martes, 6 de noviembre de 2012

LA FIBROMIALGIA DESDE LA OPTICA DE LA MEDICINA CHINA


Según la literatura científica occidental esta enfermedad es un conjunto de trastornos comunes reumáticos no articulares, caracterizados por dolor y rigidez de intensidad variable de los músculos, tendones y tejido blando circundante, y un amplio rango de otros síntomas, entre los que se encuentran, cansancio, insomnio, depresión, estados ansiosos, disfunciones digestivas, etc.
El término Fibromialgia fue acuñado en 1976 y proviene del latín Fibro (fibras), Mio (músculo) y Algia (dolor).
Tiene una etiología desconocida. Parece ser que el estrés físico o psíquico, una posible infección viral,  los microtraumatismos, el frío y también la humedad son factores que parecen estar presentes  y agravar esta enfermedad.
Se trata de una enfermedad que produce dolor fundamentalmente aunque no es el único síntoma. El cuadro clínico se caracteriza por:
Dolor: Los pacientes lo describen como dolor muscular profundo, quemazón, o «como si algo se clavase o quemase». Frecuentemente, el dolor y rigidez empeoran por la mañana y pueden doler más los músculos que se utilizan de forma repetitiva.
Fatiga: Este síntoma puede ser leve en algunos pacientes y sin embargo muy severo en otros. Lo describen como fatiga mental, con sensación de abatimiento general, como si le hubiesen quitado la energía y con pocas ganas de hacer las labores habituales. Otras veces los pacientes la definen como si tuviesen los brazos y piernas metidos en bloques de cemento.
Trastornos del sueño: Los pacientes se duermen con facilidad, pero su sueño no es profundo. Se levantan cansados, aunque el número de horas de descanso haya sido el adecuado.
Síndrome del intestino irritable: Del 40 al 70% de los pacientes tienen síntomas como estreñimiento alternado con diarrea, dolor abdominal, gases y náuseas.
Síndrome temporo-mandibular: El 25% de los enfermos presentan un dolor tremendo en la cara y cabeza. Probablemente se deba a un hecho muscular y de ligamentos de la articulación y no a la propia articulación.
Otros síntomas: Menstruaciones dolorosas, dolor torácico, rigidez matutina de articulaciones, alteración de la memoria, acorchamiento o punzadas en las manos, calambres musculares, vejiga irritable, sensación de hinchazón en las extremidades, mareos, sequedad de ojos y boca, cambios en la prescripción de gafas, y alteraciones de la coordinación motora.
Factores agravantes: Los cambios en el clima, ambientes fríos o muy secos, hormonales. Estrés, depresión, ansiedad y exceso de ejercicio son factores que pueden contribuir a un empeoramiento de los síntomas.
El abordaje clínico de la fibromialgia constituye para la reumatología un reto, de momento, impreciso e insuperable.

¿Cómo entendemos la Fibromialgia desde la Medicina China?.

 En primer lugar, desde esta óptica no existe esta dolencia como tal, mas bien son una serie de signos y síntomas que conducen a un diagnostico bioenergético muy diferente de una persona a otra. La Fibromialgia entra en un grupo de síndromes que llamamos Síndromes Bi, que traducido es algo como “síndrome doloroso”. El problema es que estos síndromes pueden tener un origen muy  diverso, pero todos ellos al final provocan un bloqueo del flujo de la energía biológica que circula por los meridianos. Este bloqueo, cuando se produce  a nivel general, produce dolores difusos por todo el cuerpo, pesadez, malestar, ánimo decaído, suspiros, pérdida de fuerza, etc. Como vemos estos síntomas son muy similares a los que la medicina oriental clasifica como fibromialgia.

¿Cuáles son las causas que pueden producir este bloqueo?.

En el origen de esta enfermedad podemos encontrar múltiples factores, entre ellos problemas emocionales (estrés, traumas, etc), infecciones producidas por virus, traumatismos o problemas de intolerancias alimenticias (principalmente hidratos de carbono). Estos factores suelen presentarse de forma conjunta, aunque dos de ellos, los problemas emocionales y las intolerancias alimentarias, son los que presentan mayor incidencia.
Una observación clínica sobre enfermas fibromiálgicas nos expresa una realidad biológica muy compleja. Unas enfermas son muy calurosas y otras frioleras y a veces calurosas por dentro y frioleras por fuera. Unas expresan un edema muscular y otras una sequedad tisular obvia. Algunas son muy fuertes, orgánica y mentalmente,  otras asténicas y débiles.
A veces, las reacciones inmunitarias exageradas son obvias, otras veces no. Las desarmonías, los bloqueos, los impulsos metabólicos llamados “vientos” que trasladan los efectos de un lugar del organismo a otro, son muy personales y todos ellos juntos producen un paisaje clínico que el terapeuta que se obstine en curar el dolor muscular no puede dejar de analizar.
Por consiguiente, entender y evidenciar el terreno exacto en que cada enfermo desarrolla su fibromialgia es tan esencial como disponer del remedio específico para corregirla.
Es por esto que proponemos un tratamiento integrado, donde se trate no la enfermedad sino al paciente como un ser integrado tomando en cuenta su estado físico, psicológico y su estilo de vida. De esta forma comprendemos mejor los factores exógenos y endógenos que rodean al paciente y al controlarlos y modificarlos donde haga falta, podemos encontrar una solución real y duradera para el problema de la fibromialgia.

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